Taberna del Volapié recoge la herencia restauradora del Sur y la eleva a cotas de alta gastronomía para sorprenderte con sus propuestas, tan vanguardistas, tan de siempre. Disfruta de un viaje a las entrañas del Sur.

Taberna del Volapié recoge la herencia restauradora del Sur y la eleva a cotas de alta gastronomía para sorprenderte con sus propuestas, tan vanguardistas, tan de siempre. Disfruta de un viaje a las entrañas del Sur.
Una tierra entre dos mares, bañada por el Mediterráneo y el Atlántico, jugando a salpicarse con olas y llevando la sal de levante a poniente. Y tú sentado, en primera línea de playa o a las puertas de la lonja, chupándote los dedos sólo de verlo. ¡Si nos quitan el pescaíto montamos otro Trafalgar!
Algo debió quedar de los barcos que llegaban de América para que en Sevilla tengan una avenida de Kansas City y nosotros las hamburguesas con más gracia del mundo. A quién si no se le ocurre hacerlas con manitas de cerdo, corderito o esa de la que todos hablan con rabo de toro y queso payoyo. A este lado del Guadalquivir nadie es forastero.
Y como dominando las sartenes no hay quien nos gane, si al arte de freír le echas un poquito del amor que le ponen las abuelas al cocinar, te chuparás los dedos sin más, por las bravas, o por las berenjenas, los bartolitos, la tortilla de siempre o ese pollo convertido en alegrías.
Las mejores cosas de la vida parecen sencillas, pero llevan su esfuerzo. Mucha paciencia y algún secreto para que sepan a gloria nuestras croquetas, en su punto de cremosidad por dentro y crujientes por fuera. Y el atrevimiento de sus rellenos de gambas, choco, rabo o puchero. ¡De lo bueno, lo mejor!